5. Menú / Menu
En este capítulo vamos a centrarnos en los cuidados alimenticios de nuestras compañeras eisenias, las lombrices que habitan en nuestras vermicomposteras domésticas.
¿Y qué les gusta comer? Pues, sobre todo, restos vegetales blandos y frescos: cáscaras de fruta, restos de verduras, posos de café, infusiones, pan humedecido, algo de cartón sin tinta y hojas secas troceadas. Les encanta que todo esté un poco húmedo, pero sin pasarse... nada de charcos.
Pueden alimentarse cada dos o tres días, siempre en pequeñas cantidades, según lo que vayan procesando. Y es importante recordar que no todo les sienta bien.
Sí, hay que evitar ciertos alimentos: cítricos, cebolla, ajo, cosas muy picantes, lácteos, carne, grasa, productos procesados… Y cuidado con el arroz y la pasta, que fermentan rápido y pueden alterar el equilibrio del compost.

Ahora bien, aquí viene una idea que nos gusta mucho: ¿y si pensamos nuestras comidas pensando en que nos sirva tanto a nosotros como a ellas?
Comidas compartidas, claro que sí. Por ejemplo, vegetales y fruta de temporada como lechuga, tomate, plátano o manzana, pan integral, infusión de hierbas... Lo que tú comes, lo disfrutas, y lo que sobra, les sirve a ellas. Así reducimos residuos desde la base.

Luego volveremos sobre esta idea, pero antes, nos gustaría preguntarnos: ¿Cuánto humus pueden producir estas pequeñas trabajadoras a lo largo del año?
En una vermicompostera de 15 litros, bien gestionada, una comunidad estable de lombrices puede procesar unos 30 kilos de restos orgánicos al año. Eso se traduce en unos 10 litros de humus.
Y si la vermicompostera es más grande, de unos 100 litros, la producción rondaría los 65 litros de humus al año, que no está nada mal.

Así que cuidar a las lombrices es una forma sencilla, pero muy poderosa, de regenerar el suelo, incluso desde un pequeño balcón.
Y en el próximo capítulo, vamos a ver qué podemos hacer con ese humus y cómo aplicarlo para darle vida a nuestras plantas.
***English version***
In this chapter we are going to focus on the nutritional care of our colleagues, the earthworms that live in our domestic vermicomposters. Let's see what they like to eat:
Well, above all, soft and fresh vegetable scraps: fruit peels, vegetable scraps, coffee grounds, infusions, moistened bread, some cardboard without ink and chopped up dry leaves. They love it when everything is a bit damp, but not too wet.... no puddles.
They can be fed every two or three days, always in small quantities, depending on what they are processing. And it is important to remember that not everything is good for them.
Yes, you should avoid certain foods such as citrus fruits, onions, garlic, spicy foods, dairy products, meat, fat, processed products... And be careful with rice and pasta, which ferment quickly and can upset the balance of the compost.
Now, here comes an idea that we like a lot: what if we think about our diet so that it serves us as well as them?
Shared meals, of course. For example, seasonal vegetables and fruit such as lettuce, tomato, banana or apple, wholemeal bread, herbal tea? What you eat, you enjoy, and what's left over, they can use. This way we reduce waste from the bottom up and in a healthy way.
We will come back to this idea later, but first, we would like to ask ourselves: how much humus can these little workers produce throughout the year?
In a well-managed 15-litre vermicompost, a stable earthworm community can process about 30 kilos of organic waste per year. That translates into about 10 litres of humus.
And if the vermicompost is larger, about 100 litres, the production would be about 65 litres of humus per year, which is not bad at all.
So caring for earthworms is a simple, but very powerful way to regenerate soil, even from a small balcony or from the association's backyard.
In the next chapter, we will see what we can do with that humus and how to apply it to bring life to our plants.
Powered by